miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿Para quién tocan los músicos? (Frase de Catalina Creel, en soledad, tras su fiesta de disfraces)

¿Catalina Creel sorprendió "musicalmente" a propios y extraños?

"¿Para quién tocan los músicos...? Mi corazón ya no podrá oír música si Leonora le dijo a Alejandro lo que me temo". Carlos Olmos en boca de Catalina Creel, mientras escuchamos una combinación de un fragmento de la sinfonía El Espíritu de la Tierra de Federico Álvarez del Toro (movimiento tercero, "Los misterios festivos") y música clásica proveniente de la fiesta de disfraces. Consultable en el minuto 04:53 de Cuna de Lobos - Cap. 64 (2/4), en youtube.

Los que hemos estado cercanos a las incidencias de la telenovela “Cuna de lobos” hemos oído o leído varias veces que esta historia no estaba dedicada en especial al personaje de Catalina Creel. Más bien lo estaba al personaje de Leonora. Aunque nos parezca ahora imposible, hay algunas pistas que podríamos rastrear para, en efecto, adherirnos a esa versión.
                Antes que nada, sabemos que un creador, en este caso Carlos Olmos, nunca puede medir con exactitud las repercusiones de sus creaciones. Puede proyectar un éxito seguro sobre lo que será un más o menos rotundo fracaso o viceversa, y, entre los personajes de las historias que imagina, nunca podrá prever cómo será recibido uno de sus personajes. Entre los novelistas es común hablar de esto. Nunca podrás ver igual, como creador, a tal o cual personaje, al que tú le apuestas para ser protagonista o enigmático, etcétera, y cómo lo verá el lector. En esto entran muchas cuestiones de recepción lectora o de públicos, para el caso de las artes escénicas. Parece que eso ocurrió con Catalina Creel.
                Ahora bien, un asesino es, de entrada, un personaje interesante, aunque no por asesinar lo será ya de manera automática. ¿Cuántos villanos asesinos han pasado al olvido en miles de historias? En Catalina Creel se impuso, como en Evangelina Vizcaíno, el aura de lo grostesco, incluso, lo tragicómico: bien podemos ver, divertidísimos, casi a carcajadas (no burlonas) a estos dos personajes. Las escenas de Evangelina Vizcaíno en soledad pueden ir de lo más dramático a incluso lo chusco. Ese “Vals del Emperador” de Strauss que Evangelina nunca escuchó en realidad, pero que siempre bailó, es un ejemplo. Y si nunca “escuchó” ese vals, menos habría llegado a escuchar los demás temas incidentales que la caracterizaron.
                Con Catalina Creel ocurre lo mismo. Podía ella asesinar a muchos, pero no por eso dejaba sus frases tan peculiares, que van desde lo elegante hasta lo en apariencia filosófico. Por supuesto, estas frases provenían directamente de la pluma de Carlos Olmos. Sin embargo, esto tampoco es privativo de Catalina en Cuna de lobos: todos los personajes están excelentemente bien dirigidos por esa “levedad memorable” de los diálogos de Olmos. Y esas frases de Catalina Creel, de indudable maestría dramatúrgica, podían estar combinadas con el mayor de los dramas y con lo grotesco o gracioso o tragicómico, como, justo en el capítulo de donde cito la frase "¿Para quién tocan los músicos?", que es cuando Catalina Creel está disfrazada de pirata y cuando se urde la fractura mortal en su relación con  su hijo adorado, Alejandro, pues Leonora acaba de confesarle que fue Catalina quien mató a su padre.
                Pero la pista acerca de este “desbordamiento” del personaje de Catalina Creel con respecto a los demás personajes de la historia y a la historia misma deseo encontrarla, como era de esperarse, en la banda sonora que fue preparada de manera consciente para Cuna de lobos. Hace años, cuando se suscitaron los problemas legales entre el fallecido compositor Pedro Plascencia Salinas y Federico Álvarez del Toro, el propio Plascencia Salinas respondía en entrevista con  la revista Proceso que había compuesto un total de once temas incidentales con sus variaciones.
                ¿Once temas? Sí, pueden parecer suficientes, sobre todo si recordamos cómo fue concebida y utilizada la banda sonora, también de autoría de Pedro Plascencia, en El extraño retorno de Diana Salazar, compuesta con diferencia de uno o dos años tras la de Cuna de lobos.
                Recuerdo que el musicalizador Jesús Blanco Bonilla me explicó hace años que él se reunía con el productor de la telenovela que debería musicalizar, para conversar sobre el proyecto en cuestión, y aparte le daban una sinopsis de la historia y de los personajes tanto principales como secundarios. Ya sabemos, por otro lado, que casi todas las telenovelas exigen de entrada varios tipos de música incidental básica: el tema de entrada, el de salida, uno romántico, otro melancólico, el suspenso, uno de intriga, otro de alegría o ligero, etc.
                No todos los musicalizadores musicalizan igual. El caso de Jesús Blanco (que no musicalizó Cuna de lobos) es especial: trabaja sobre todo con leitmotivs o temas que identifican a personajes y situaciones muy específicas. Otros musicalizadores son más generalizadores y, por ejemplo, musicalizan sin identificar a ningún personaje y sí, en cambio, las situaciones dramáticas básicas (como pasó, por ejemplo, con “Mi segunda madre”, donde el álbum de The Art of Noise, Daft, bastó y sobró para estos incidentales básicos que menciono, pero no había leitmotivs relevantes). Si comparo con lo que pasa en literatura, Jesús Blanco musicaliza tomando a la telenovela como una “novela” (otorgando igual o a veces incluso mayor importancia a los personajes que a los sucesos) y los otros musicalizadores lo hacen  viendo las historias más como un “cuento” (dando importancia a los sucesos, y supeditando los personajes a los sucesos en los que se ven envueltos: por ejemplo, un incidental de tensión, conflicto o intriga se usa para todos los personajes que estén en esa situación).
                El caso de Cuna de lobos parece ser como este último. La banda sonora original creada por Plascencia Salinas incluía, a grandes rasgos: 1) tema de entrada, 2) tema de salida (que sin embargo funcionaba como una especie de suspenso y no era usado sólo al finalizar los capítulos, sino en lo que podríamos llamar “situaciones cumbre de la trama”, 3) un solo tema de suspenso explícito, que dura más o menos 01:40 y que en sí es algo irregular, ya que se compone, en los primeros 30 segundos de casi introducciones incisivas separadas por pausas de silencios cortos, luego por la parte más intensa del suspenso, que dura más o menos otros 30 segundos y, al final, una parte más “sedimentada” que parece encajar mejor en la categoría de “intriga” o “misterio” (de hecho este corto tema fue usado siempre comenzando desde diferentes tramos, y puede decirse que fue el tema incidental propio más versátil de la telenovela, pues, por ejemplo, el último fragmento, el que parece más un “misterio” podía parecer una especie de suspenso si se usaba el final de la parte anterior como inicio, una especie de sonido agudo que luego pasaba a ser misterio o intriga), 4) un tema triste que al principio fue usado genéricamente y, con el paso de los capítulos, se volvió una especie de leitmotiv del personaje de Vilma, 5) un tema entre emotivo y romántico que siempre caracterizó a Leonora con Alejandro y luego con José Carlos, 6) otro tema dramático de circunstancias, que fue usado en ocasiones como intriga y en otras como emotivo, y otros temas más que no logro especificar ahora, pero que pueden ser variaciones: sin embargo, todos ellos de tipo emotivo o triste o romántico.
                Con esta precaria lista quiero llegar a lo siguiente: si, en el caso mencionado de Jesús Blanco, como simple musicalizador, recibe de los productores y escritores tantas indicaciones para el proceso de buscar la banda sonora, mucho más debe ser entonces para el compositor de la banda sonora de una serie. Entonces, se me ocurren tres hipótesis:
1)      En un inicio se planteó la historia –como dicen las versiones tanto del fallecido Carlos Olmos como de la propia María Rubio y, en general, de todos los que tuvieron que ver con Cuna de lobos- como centrada en el personaje de Leonora y no en Catalina Creel, lo que indicaría esa abundancia de temas emotivos de amor y  tristeza y no, en cambio, una banda sonora generosa en suspensos, intrigas y misterios. Ésta parecería ser la hipótesis más atinada, aunque flaquea cuando constatamos que no pudo pasarles por alto que, en sí, Cuna de lobos era una historia policiaca y no una simple historia rosa.
2)      Se le dieron indicaciones al compositor sobre la historia, más centrada en el conflicto de Leonora que en Catalina Creel, pero siempre se pensó en la posibilidad de echar mano de música ajena para lo que hiciera falta, como de hecho era costumbre en la época. Para no ir más lejos, muchas otras telenovelas de la misma época y también posteriores a Cuna de lobos estuvieron musicalizadas en su totalidad por música no propia, como Quinceañera o Cadenas de amargura. Sin embargo, aquí hay algo que no podemos perder de vista: en los primeros capítulos de Cuna de lobos, de hecho más de 30 capítulos a partir de iniciada la historia, sólo se usó la música original de Plascencia Salinas, sin casi ninguna interferencia de música ajena, lo cual puede indicar que fue sobre la marcha la aparición de la necesidad de introducir otra música, y acaso también esto indica un giro en la idea del propio Carlos Olmos y de los actores al ver lo que muchos han llamado “el fenómeno Catalina Creel”. ¿Qué música fue introducida después? Al parecer, sólo los “suspensos” y “misterios” que, a decir del propio Federico Álvarez del Toro, Carlos Olmos encontró entre su música. De hecho, el fragmento más característico de los asesinatos de Catalina Creel o de otras escenas sangrientas fue extraído del primer movimiento de la Sinfonía El Espíritu de la Tierra, de autoría de Federico Álvarez del Toro. Todos los demás temas al parecer introducidos después fueron de intriga, misterio, conflicto: los de Tangerine Dream y el de la película Starman. Starman, por ejemplo, cuenta con tracks relajados o románticos que nunca se usaron: se usó sólo el track “Here come the helicopters”. Hay aún otro tema muy corto (lo usado en la telenovela no llegó nunca ni siquiera al minuto) que fue introducido luego, pero que al parecer no es de autoría de Federico Álvarez del Toro ni tampoco es parte de la banda sonora de la película Starman, menos aún de los dos álbumes usados de Tangerine Dream. Es decir, sólo fue introducida música “en apoyo de” Catalina Creel y de la parte policiaca de la historia. No se necesitaba apoyar a Leonora ni a los demás personajes, como Vilma, que ya estaban suficientemente musicalizados con la banda sonora original de Plascencia Salinas.
3)      ¿Acaso el trabajo de Pedro Plascencia Salinas dejó algo que desear? ¿Se inclinaría Plascencia Salinas en esa dirección “anticatalinacreel” al componer la banda sonora? Es casi increíble que, como vemos al inicio, durante el envenenamiento de Carlos, toda la trama posterior hubiera sido soportada por ese único suspenso explícito, que ni siquiera tenía variaciones, como sí, en cambio, el tema de entrada, que, por ejemplo, contaba con una versión de solo piano que se escuchó contadas ocasiones. No es común, ni siquiera en los casos de telenovelas musicalizadas con música no propia, que llegue una cantidad considerable de nuevos temas con el tiempo, a menos que esto se deba a entrada de nuevos personajes o situaciones. Por ejemplo, en Cadenas de amargura notamos cómo, durante los primeros capítulos, que también fueron los de Cecilia y Sofía niñas, la musicalización fue diferente de la usada cuando se llegó “a la época actual”, pero no es perceptible que Jesús Blanco haya introducido los discos usados de manera gradual o inesperada, sino que más bien parece que deseó hacer una diferencia musical evidente entre ambas etapas temporales. Por mencionar un caso, cuando entraron en Cadenas de amargura los temas más sólidos, se dejarían de usar los temas de Jean-Luc Ponty, y sólo uniría musicalmente ambas épocas el uso del primer tema-leitmotiv de Evangelina. En el caso de De frente al sol, el uso del disco “Rockoon” de Tangerine Dream, ya bien entrada la trama, fue, según explicación del propio musicalizador Jesús Blanco, del todo casual: le telefonearon de la tienda a la que solía ir a buscar música para avisarle que ya había llegado el nuevo disco de Tangerine Dream y el musicalizador lo escuchó y luego introdujo nuevos suspensos, temas de conflicto y también un nuevo tema de tristeza, además de otros temas circunstanciales. Incluso, para el personaje que hacía el actor Sergio Klainer, el tema-leitmotiv que era usado  fue desplazado por el que salió después del disco de Tangerine Dream. Quizás un caso similar al de Cuna de lobos lo pude ver en la venezolana Cristal, que inició con más o menos una docena de temas que parecen haber sido hechos por el compositor Luis Emilio Mauri, varios de ellos derivados de la canción de entrada, variaciones instrumentales, y unos “suspensos” de sólo segundos. Con ellos fue musicalizada buena parte del inicio de la telenovela, pero luego entraron innumerables temas nuevos, ajenos, de películas o discos comerciales, algunos ya usados en la anterior telenovela Topacio, por los mismos musicalizadores, y de hecho fueron tantos los temas introducidos que varios de ellos sólo fueron usados en temporadas y luego por completo olvidados.

¿A qué se debió entonces la introducción, tan polémica, de música nueva en Cuna de lobos, siendo que contaba con música propia? En resumen, ¿fue por una imprevisión de lo que ocasionaría el personaje de Catalina Creel en todo mundo?, ¿fue porque el trabajo de Plascencia Salinas dejó que desear? Es atrevido hipotetizar esto último, ya que este compositor demostró luego en otras telenovelas poder abarcar el espectro musical necesario de un melodrama, como ocurrió en la ya mencionada El extraño retorno de Diana Salazar o en Los parientes pobres. Sin duda, la música ajena introducida, como se dijo, entró en apoyo de Catalina Creel y de la vena policiaca de la historia.
Lo que al parecer ocasionaron los misteriosos “tres Carlos” (Carlos Olmos, el escritor de la histroria, Carlos Téllez, el productor y Carlos Caballero, el musicalizador) en cuanto al uso de la banda sonora propia y ajena de Cuna de lobos puede ser que permanezca como un misterio más de esta producción. Tanto Carlos Olmos como Carlos Téllez, además de Pedro Plascencia, han ya muerto. No sé si el musicalizador Carlos Caballero esté vivo. Tal vez ya sólo éste podría aclarar suposiciones y dudas.
                Dejo aquí el link donde el propio compositor Federico Álvarez del Toro escribió recientemente del asunto y donde además mencionó el video que hice con los fragmentos usados en Cuna de lobos de su excelente sinfonía “El Espíritu de la Tierra”. Al final, pongo nuevamente el link de este video. Ah, y, miembros de este grupo: ¿han visto que alguien reforzó la parte de “Música” en la página de Wikipedia de Cuna de lobos? Nos mencionan, pero no hay un solo link a este grupo. Dejo también link de esto.
Federico Álvarez del Toro escribe sobre el uso de su música en Cuna de lobos: aquí.
Información ampliada sobre la música de Cuna de lobos en Wikipedia: aquí.

Telenovela Cuna de Lobos - Música incidental oculta (asesinatos de Catalina Creel)